El sueño de mucha gente es tener a alguien que les diga qué comprarse y cómo ponérselo. De ahí se ha hecho el negocio.
En los años 80 en Nueva York hubo alguien que tuvo la idea de crear negocio de la necesidad de quienes una posición bastante asentadada y poco tiempo para mantener el estilismo (tanto personal como del hogar) acorde con ella. Y ahí nació la figura de esa persona que, o te acompaña y te dice qué es lo que te queda bien, qué es tendencia y cómo puedes combinarlo mejor o cuáles son aquellas cosas que hacen falta en tu casa para que este perfecta a la hora de recibir visitas. Incluso, cuando la parte de «personal» es muy real, se convierte en una persona que compra por ti, ya no sólo con tu dinero, sino en nombre de tu gusto y bienestar.
Esa idea fue creciendo, conforme crecía la complicada vida de los más adinerados y posicionados, y extendiéndose a gente más de clase media pero con suficientes recursos como para buscar ayuda para suplir la falta de tiempo. Ahora no sólo Estados Unidos explota ese negocio sino que en casi toda las grandes ciudad del mundo se puede encontrar una empresa o persona que haga este trabajo. La vida digital tampoco se ha quedado atrás y ha surgido, además, la idea del «personal shopper online» que realiza compras por Internet o está al tanto de todo lo que en la Red ocurre a nivel de compra-venta de productos. Y también ya no son sólo las personas individuales las que ofertan este servicio, sino las grandes marcas las que lo ofertan.
Para ser Personal Shopper ya hay escuelas, pero sobretodo, hay unas bases que cada persona que quiera crecer profesionalmente en este ámbito debe poseer. Una cultura amplia es importantísimo, porque se trata con gente que la tiene, que ha sido formada, leida y que trabaja en negocios que le requieren estar al día. Conocimientos de actualidad de la moda, por supuesto, hasta por delante de temporada. Buen gusto. Capacidad de saber escuchar y paciencia y diplomacia. Y, por supuesto, conocerse todas y cada una de las tiendas de la ciudad, además de intentar conocer al máximo a cada persona que se convierte en cliente.
