Son el marco de la cara y muchas veces no le damos la importancia que se merecen.
Llevar unas cejas bien depiladas ayuda a que el rostro gane en frescura y belleza. Las despeinadas provocan un aspecto descuidado así que vamos a darte unos pequeños trucos universales para todas las caras para que tú, que no pisas los salones de belleza, puedas arreglártelas en casa.
Lo primer que tienes que hacer, después de comprobar dónde tienes las pinzas, es delimitar aquellas zonas a depilar. Un truco es utilizar un lápiz, pero no para pintar. Con él lo que harás será tomar unas medidas. Para saber en la parte interior de las cejas dónde está el final tienes que poner el lápiz en posición vertical desde el extremo de cada fosa de la nariz. Ese lugar en el la punta del lápiz totalmente recto toque la ceja es donde está el último pelo que debes quitar.
Para saber cuánto hace falta arreglar del otro lado el lápiz se pone en diagonal desde el centro del labio inferior hasta la esquina del ojo. Esa es la medida que señala hasta donde puedes pasarte con las pinzas por la parte de fuera.
Recuerda que más vale que sobre algún pelo a que pases quitándolos. Mide tu tiempo y repasa cada semana pues, como bien sabes, vuelven.
Si has tenido un día de «Terminator» de las cejas siempre puedes recurrir a un lápiz que te coloree las zonas en donde te has pasado. También sirve por si, de forma natural, aparecen aquellas pequeñas «calvas».
Y para casos concretos remedios concretos. Si tus cejas son muy gruesas quita pelos de la parte inferior y busca crear un pequeño triángulo. Si son muy finas utiliza un lápiz marrón por la parte superior. Si las tienes demasiado rectas intenta alargar el extremo exterior dibujando con ese mismo lápiz marrón y si tienen un triángulo demasiado pronunciado depila los puntos que sobresalen de la cúspide.
Un pequeño truco si eres de las que sufren por el dolor de cada pelo: quítatelos tras un baño de agua caliente, los poros estarán dilatados y la molestia será un poquito menor.
