Considerado en cosmética como fuente de eterna juventud.
El aceite de rosa de mosqueta tiene propiedades antienvejecimiento. A quienes lo usan la piel les luce más radiante y fina que al resto. Pero a parte de luchar contra la pérdida de juventud prematura, tiene características regeneradoras. Restaura y reduce cicatrices y arrugas por su acción antioxidante y antiinflamatoria.
También se puede utilizar en forma de infusión, ayudando al tránsito intestinal, ayudando a la disolución de cálculos renales, como ayuda en la lucha contra un resfriado o simplemente como apoyo a las defensas.
Pero son sus propiedades y beneficios fundamentalmente dermatológicos las más extendidas, que pueden resumirse en:
– Reducción de arrugas (ayuda a retardar los signos del envejecimiento prematuro. Aquellas líneas de expresión en zonas como el cuello o la frente)
– Hidratación (se puede utilizar tanto en el rostro como en zonas muy tendentes a la sequedad -codos, talones y rodillas- o las manos cuando están sometidas a agentes externos muy contraproducentes, como fríos o calores extremos o jabones perjudiciales)
– Aclara las manchas producidas por el sol
– Disminuye estrías (durante el embarazo se recomienda su uso en el vientre, para paliar los efectos del aumento de la elasticidad de la piel del vientre)
– Previene quemaduras del sol
– Trata los melanomas
– Ayuda contra las llagas de la boca (en algunos casos han llegado a desaparecer en apenas 48 horas)
– Mejora las cicatrices
– Reduce los eczemas (sobretodo aquellos producidos por los cambios estacionales)
– Atenúa los brotes de psoriasis
Se puede decir que sirve para casi todo, no se le conoce contraindicación e incluso es utilizado para los protectores de animales. Lo único que se advierte es que no es recomendable en aquellas caras con la piel tendente a muy grasa pues puede favorecer la aparición de los temidos granos.
Recomiendo probar el aceite de rosa de mosqueta en textura gel. Se deshace igual que el aceite, pero es más facil de extender y no gotea.