Las manos son una de las partes más visibles de nuestro cuerpo, pero también requiere de mucho uso. Se usan en la actividad cotidiana y, sin embargo, no las cuidamos como se merecen. Por lo tanto debes darles la misma atención que le das a tu cara.
* Suavízate las manos incluso mientras lavas los platos. Añade un poco de aceite de almendras (una cucharadita) al agua. El agua ablanda la piel rugosa, mientras que el aceite sella la humedad.
* Quita las células muertas de la piel con una solución hecha de sal marina y limón. Cepíllate las manos con un cepillo de dientes viejo con esta mezcla. Haz esto dos veces por semana para suavizarlas.
* Lávate las manos cuidadosamente con agua tibia, luego, usando un paño grueso, frota con fuerza. Aunque la piel está un poco húmeda, aplica una mezcla de una cucharadita de miel y una cucharadita de aceite de oliva. Coloca las manos en pequeñas bolsas de plástico, y luego en un par de guantes de algodón durante treinta minutos. El calor ayuda a penetrar la mezcla.
* Calienta una taza de leche en el microondas por treinta segundos (o hasta que esté caliente, pero agradable al tacto). Remoja las manos durante cinco minutos para fortalecer las uñas e hidratar la piel. No sólo contiene ácido láctico, un ácido alfa hidróxido natural que exfolia suavemente la piel muerta, sino que su alto contenido en calcio que fortalece las uñas frágiles.